¿Por qué oramos por los difuntos?

Para nosotros, los católicos, es sumamente importante orar por aquellos que partieron de este mundo; sin embargo, muchos de nosotros no sabemos la razón. Revisemos un poco de Biblia para poder hacerlo.

En el capítulo 21 de Apocalipsis se nos narra cómo es la "nueva Jerusalén" o el paraíso. Específicamente en el versículo 27 dice que nada impuro entrará en él; en otras palabras, nadie que tenga mancha o pecado. Y debemos reconocer, que la mayoría de nosotros, aún siendo cristianos, seguimos fallando y entendemos perfectamente que ese no es el deseo de Jesús:

- Vete y no peques más. Juan 8, 12

- Sean perfectos como mi padre es perfecto. Mateo 5, 48

- No todo el que me dice Señor, Señor... Mateo 7, 21-23

Nuestro Señor Jesús explicó el purgatorio con estas palabras:

Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino; no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan a la cárcel. Yo te aseguro: no saldrás de allí hasta que hayas pagado hasta el último céntimo“. Mateo 5, 25-26

Si vemos el contexto global de este capítulo del Sermón del Monte, veremos que Jesús empieza hablando sobre los que alcanzarán el reino de lo cielos, luego habla sobre los que no entrarán y finalmente, termina con este simbolismo. Aquí Jesús nos muestra que hay una justicia divina en la que pagamos por nuestras acciones, la cual evidentemente no es el infierno, ya que de ahí no hay salida, san Pablo lo explicó de esta manera un poco más profunda:

Pues nadie puede poner otro cimiento que el ya puesto, Jesucristo.Y si uno construye sobre este cimiento con oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, paja, la obra de cada cual quedará al descubierto; la manifestará el Día, que ha de revelarse por el fuego. Y la calidad de la obra de cada cual, la probará el fuego. Aquel, cuya obra, construida sobre el cimiento, resista, recibirá la recompensa. Mas aquel, cuya obra quede abrasada, sufrirá el daño. Él, no obstante, quedará a salvo, pero como quien pasa a través del fuego.

1 Corintios 3, 11-15

Del mismo modo, vemos a Pablo lanzando una oración por el alma de otro cristiano:

«Que el Señor conceda misericordia a la familia de Onesíforo, pues me alivió muchas veces y no se avergonzó de mis cadenas, sino que, en cuanto llegó a Roma, me buscó solícitamente y me encontró. Concédale el Señor encontrar misericordia ante el Señor aquel Día. Además, cuántos buenos servicios me prestó en Éfeso, tú lo sabes mejor».

2 Timoteo 1,16-18

Hermanos, es críticamente importante. No dejemos de orar por nuestros difuntos. No tenemos nada bueno que ofrecerle al Señor por nuestras súplicas, mas que el memorial de la muerte de Su hijo por nosotros, la Santa Misa.

¡Dios les bendiga!